El bosque de las neblinas, con sus hermosas chachapoyanas que vienen muy sonrientes a saludar a los visitantes cordialmente. El frío no es un pretexto para visitar el lugar ya que con su amable gente te hace cálido el ambiente. Ni hablar de sus comidas que con su rico saborcito al estómago le queda chiquito y endulza al paladar con todo dar. El festín más esperado son las fiestas patronales donde la "Mama Asunta" engalana la ciudad, para éstas fiestas no existe condición social. Las blancas casas con sus típicos balcones de madera son adornadas para la procesión, asisten todos con gran devoción a pedir su bendición.
Mi Chachapoyas, albergas a una gran multitud de personas que vienen y van caminando por los diferentes barrios, pero mi favorito siempre será el barrio de mis amores Yance, el que me vio crecer, donde veía a mi abuela en la tushpa cocinar, con la shushuna las ollas levantar y la ricuna no debía faltar. Los tiempos han cambiado pero vayas a dónde vayas a Chachita nunca la vas a olvidar, donde quiera que estés regresarás, en especial si has tomado el agua del "pocito de Yanayacu" que con su mágico encanto de una chachapoyana te hará enamorar y luego te verán bailando de alegría el brazo, la chumaichada y el carnaval.
¡Chachapoyas, eres un emblema singular!.
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