Una cálida
mañana cuando el sol se había convencido de no esconderse tras las nubes
Juana va corriendo hacia el corral tiluma(1) y mishowia(2),
a sacar a las ovejas a pastear, pero de pronto escucha un grito -¡Juanita!
¡Juanita!, era doña Domitila su madre:
— ¡Ñacashca(3) estás llictosa(4)!
Váyase a lavarse la cara y péinate, no te olvides de llevar tu ucho(5) que
está rupha(6) rupha como para que no se te enfríe en el camino.
Juanita obedece a su madre y enrumba con su rebaño de
ovejas a una pampa verdecita cerca de un cristalino río.
Al llegar, Juana se encontró con su fiel compañero de
juegos, Panchito, quien también se
encontraba en ese lugar dando agua a sus ovejas; los dos emocionados por su
encuentro abandonan su labor y se dirigen al río a tirar piedritas para después
entrar a nadar,
— ¡Alalay!, mejor tú nada Juanita yo me quedo aquí
mirándote.
—¡No seas racasho(7) Francisco! —Responde
Juanita— el agua no está fría y ahorita que te veo de más cerquita, ¡estás
landoso! (8), ya debes cortarte el pelo ¿o acaso quieres que la rumi
y las ramitas se queden ensartadas?
—Lo haré, le diré a mi papá que me corte el pelo, en
mi colegio no me dejan entrar si no estoy cocobolo.
Hablando y jugando las horas pasaron volando, hasta
que al fin decidieron salir del agua para poder probar la ricuna(9)
que su taita(10) y mama le habían preparado, comieron rápidamente y
convencidos que ya atardecía fueron a reunir a las ovejas lo más rápido posible
para retornar a casa. Cuando estaban bajando la cuesta se habían dado cuenta
que se les había hecho tarde y hablaban muy preocupados.
— Échale ceniza a tu lomo, ayayáu la maja que nos van
a dar
— Por mi majoma(11) me van a dar mi lapo,
¡ray!(12) —dijo Juana
Llegaron a la curva que les separaba para ir cada uno
por su camino y no se percataron que las ovejas se le habían surtido, la
diferencia del rebaño de Francisco era que tenía más poca lana que el de Juana.
Al llegar a casa, doña Domitila se dio por sorpresa
que dos de sus ovejas no eran suyas, Juanita al ver la mirada de su madre le
dijo, ¿piña cunga(13)?, pero la madre muy molesta sospechando que
por jugar con su yanazo(14) se descuidó le dio un jalón de su choba(15)
y le mandó a dormir. Mientras que a Francisco su padre como castigo lo hizo
cocobolo(16) a pesar de que llantiaba(17) suplicando que
no le corten su pelo.
Al día siguiente Domitila le advirtió que si no
encuentra sus ovejas se atenía a las consecuencias, Juanita secándose su cara
de lo que se había lavado se dirige con el rebaño nuevamente a darles de
pastear y como de costumbre se encuentra con Pancho, los dos van risa y risa
contando lo que les había pasado en casa, a consecuencia que habían
intercambiado las ovejas, se devuelven las ovejas pero esta vez ya no demoran y
van rápidamente a sus casas.
Francisco estudiaba en la escuela y tenía mucha tarea
que hacer, Juanita se sentía mavalje(18), quería ayudar a Pancho,
pero le resultaba difícil, ya que ella no sabía ni leer ni escribir debido a
que decían que las mujeres no deben ir a la escuela porque van a estar
escribiendo las cartas al enamorado dejando sus obligaciones de mujer.
Los años pasaron a la velocidad de un rayo y Juanita
se convirtió en una buenamoza shipash(19)que no sólo
sentía amistad por Francisco sino que cada vez que le tenía frente a ella su
corazón latía rápidamente y al ver la mirada penetrante de tan codiciado galán
muy fornido como el roble se ponía chaposa y mostraba las perlas de su boca.
El joven ya no pasaba
por desapercibido cada movimiento de Juana, quien muy coqueta pasaba con su
pollerita contorneando su cintura de lado a lado, agarrando sus largas huacras(20)
negras, a él se le enchuruscaban(21) los cabellos al verla, ya no le
era fácil decir su nombre, tartamudeaba y sudaba frío y caliente.
—Hola Francisco hoy
prepararé linche, ¿quieres que te convide(22) algunas?
—Sí, sí.
Ju…Ju…Juanita.
Pancho, ¿estás bien?
mocto(23) pareces.
—Acha(24)
tú. Estoy bien, estuve viendo tus ojos, ¡ñau, mushita(25) eres!
—¡Ña!, nos vemos en
la tuta por la quincha de doña Tiburcia.
Al llegar la noche,
Juana jaló su candil(26), puso en su lapa el linche que le había
prometido a Francisco y cuando ya estaba en la puerta escucha la voz de su
padre
—¿Maite ringui(27)?
Es muy tarde para que salgas, últimamente te has vuelto muy badulaque, te voy a
huanar(28) si me cuentan que has estado con el millanapa(29)
y upatón(30) de tu yanazo, guerra avisada no mata gente.
—Tayta no piense mal,
zat-zat(31) me voy y en un dos por tres ya estoy aquí, aishito no
más me voy no se preocupe.
Juana se despide de
su padre y corre a ver a su amado. Al llegar al lugar le encuentra quetsito(32)
esperándola, Juana le convida lo prometido y él muy emocionado por lo
detallista que era, le agarra de la mano y le da una mucha. Pensaron que
estaban solos bajo la luz de la luna, pero no se habían dado cuenta que doña
Tiburcia les estaba viendo.
Al día siguiente el
chisme ya estaba en todo Conila, pero la verdad de los hechos estaba tergiversada
y exagerada, bien dicen “pueblo chico infierno grande”. Las murmuraciones no
tardaron mucho tiempo en llegar a oídos de los padres de Juana, los cuales muy
molestos le quisieron dar su maja, pero ella les dijo que no había sido verdad
lo que la gente rumoreaba,
—Solamente fui a
verle para convidarle comida, no estuvimos soteando(33); además no
debe importarles esos comentarios malos, sino lo que su hija les dice. Por eso
les voy adelantando que Pancho y yo nos gustamos, el vendrá pronto a pedirles
mi mano, si el señor de Gualamita lo permite.
— ¡Dios mío amito!,
la gente va decir que somos tus alcahuetes.
— Francisco y yo nos
amamos, si ustedes nos dan permiso haremos realidad nuestro amor.
— Mujer, Juana tiene
razón, ya está grande y buenamoza
Pasaron tres días de
lo ocurrido y Pancho llegó con su familia a pedir la mano de Juanita, ellos
estaban muy felices porque se iban a casar, es así que organizaron todos los
preparativos para que su boda saliera de lo mejor.
Tilín, talán, tilín,
talán, sonaron las campanas de la iglesia, las personas asistían muy bien
vestidas, luciendo sus coloridas polleras, calzando sus nuevos llanquecitos(34),
usando todos camisitas blancas y cremas. Los caballeros usaban su mejor
pantalón, su camisa, llanques y su infaltable sombrero. La novia apareció con
su lliclla en la cabeza, usando su elegante pollerita y enagua, más su taleguita(35) donde tenía los
anillos. Terminada la ceremonia del casorio, como es costumbre los novios
fueron a festejar con los invitados.
Las cocineras estaban
de aquí para allá, poniendo leña para que no se apague la tushpa(36),
moviendo los potajes con la huisha(37), agarrando las ollas de barro
con la shushuna(38) para que no se cashpen(39)y puedan
servir la comida a los invitados. Los sirvientes repartían a toda la gente la
infaltable aloja y la probaban a cada momento para que vean si no está lámbac(40).
Llegado el momento de servir los potajes, los invitados se sentaron a las mesas
cubiertas por manteles blancos y cuyo centro era decorado por el purtumote(41)
y los platitos de ají rocoto molidos en el batán, con su pepino y su shilshil(42).
Abrió la ronda de platos el tradicional puchero, tras él vino la cecina
martajada con el chungo en el batán, acompañada de acapita(43) y
luego unos cuantos platos más para al final terminar con el tradicional cuy
acompañado con ucho de papás con maní. La fiesta fue todo un éxito.
El tiempo ya había
pasado, la pareja planeó tener hungas(44) y decidieron construir su
casita, en la faena les acompañó la banda de músicos de Cohechan que tocaron la zacapichana(45) para
festejar el trabajo de esta pareja. Ahora desde el camino se puede ver a la
chocita que construyeron en la lomita donde pastoreaban a sus ovejas Juana y
Francisco, ellos son muy felices con sus ñacashcas a quienes les aman tanto y
les enseñan con su buen ejemplo.
Glosario:
1)
Tiluma. Persona despeinada.
2)
Mishowia. Con la cara sucia.
3)
Ñacashca. Se usa para referirse a una niña.
4)
Llictosa. Que no se ha limpiado la legaña.
5)
Ucho.
Comida a base de papas u ollucos cocidos mezclados con carne y manteca.
6)
Rupha. Caliente, temperatura elevada.
7)
Racasho. Persona miedosa.
8)
Landoso. Cabellos largos.
9)
Ricuna. Algo delicioso o rico.
10)
taita. Papá.
11)
Majoma. Rostro.
12)
Ray. Expresión usada cuando se tiene miedo.
13) ¿Piña cunga?. ¿Por qué te enojas sin razón?
14)
Yanazo. Amigo.
15)
Choba. Porción de pelo en la cara.
16)
Cocobolo. Pelado
17)
Llantiaba.
Lloraba.
18)
Mavalje. Que
carece de talento.
19)
Shipash. Joven dama.
20)
Huacras. Trenzas.
21)
Enchuruscaban. Encrespaban.
22)
Convide. Invite
23)
Mocto. Tartamudo.
24)
Acha. Expresión usada para decir ¡no te
creo!
25)
Mushita. Se dice a una persona de ojos claros.
26)
Candil. Mechero, lámpara.
27)
¿Maite ringui? ¿A dónde te vas?
28)
Huanar. Escarmentar.
29)
Millanapa. Carece de dinero.
30)
Upatón. Demasiado tonto.
31)
zat-zat. Camina rápido, ágil, ligero.
32)
Quetsito. Estar quieto, sin hacer desorden.
33)
Soteando. Haciendo el amor.
34)
Llanquecitos. Chancletas hechas de caucho.
35)
Taleguita. Bolsa de tela para colgar en el
hombro y sirve para llevar cosas.
36)
Tushpa. Fogón de cocina.
37)
Huisha. Cuchara de palo para mover comida
en la olla.
38)
Shushuna. Mantel usado para agarrar las
ollas cuando están en el fuego.
39)
Cashpen. Quemen.
40)
Lámbac. Falta de dulce en cualquier
comida o alimento.
41)
Purtumote. Maíz mezclado con frijol seco,
ambos cocinados.
42)
Shilshil. Planta comestible, huacatay.
43)
Acapita. Se dice a algo pequeño.
44)
Hungas. Bebé, niño recién nacido.
45) Zacapichana. Tradicional música ejecutada en
la llenada de techos.
Comentarios
Publicar un comentario